Hola fieles seguidores,
Hoy intentaré desarrollar una receta muy fácil, muy saludable y sobre todo muy sabrosa.
Los ingredientes principales para esta receta serán la trufa y los camagrocs (cantharellus lutescens)
Los ingredientes para 4 personas:
- 1 taza de café de aceite virgen extra.
- 2 chalotas.
- sal.
- 6 champiñones grandes.
- un puñado de camagrocs deshidratados,
- 4 tazas de cafe de arroz bomba.
- 1/2 vaso de vino blanco, (yo usé vino rancio*)
- 3/4 de litro de caldo de verduras.
- 20 g. de mantequilla.
- 100 g. de parmesano para rallar.
- 60 g. trufa de verano ó 20 g. de trufa negra.
Descripción de la receta:
Pondremos una sarten a calentar con el aceite donde depositaremos la chalota picada hasta quedar transparente.
A continuación echaremos los champiñones troceados y los camagrocs hasta absorber el agua y el aceite.
Añadimos la sal, removemos, añadimos el arroz removiendo hasta que se dore un poquito.
Ahora iremos añadiendo el caldo de verduras cucharón a cucharón, es decir, así que vaya absorbiendo cada cucharón. No remover mucho, lo mínimo, para que el arroz no suelte el almidón y de esta forma no nos quedará tan apelmazado.
Una vez estemos llegando al final del hervor, (minuto 20 aprox.) echaremos la mantequilla, removemos tres o cuatro vueltas y repetiremos esta operación con el queso parmesano rallado.
Para finalizar, rallamos la trufa justo en el momento que apagamos el fuego, removemos dos o tres vueltas y a servir.
Es interesante y nos ayudará en la presentación del plato, guardar un poco de trufa para rallar en la mesa en el momento de servir para dar el toque final tan especial.
Espero que os guste y disfrutéis de esta receta.
Salut y trufas.
*El vino rancio es un vino al que hemos acelerado el proceso de oxidación por proceso natural, lo que solemos decir a sol y serena.
Es tan simple como coger vino blanco de unos 12 grados mínimo, embotellarlo en cristal transparente y depositarlo en el exterior donde lo expondremos a todo tipo de contrastes climáticos, frío, calor, luz solar, etc. durante al menos un año. Nuestros antepasados (yo también) colocaban las botellas en el tejado, pero no nos juguemos el físico para cumplir esta norma, la terraza o el balcón nos servirán.
Este tipo de vino, (hoy un gran desconocido o descuidado), ya lo usaban nuestra abuelas y madres en la cocina tradicional para mejorar los sabores en los guisos ancestrales.
Este tipo de vino también se usaba para acompañar los famosos "carquinyolis" a la hora del postre o cuando se recibía una visita.